¿Has planeado una noche de película en la que puedas relajarte mientras disfrutas de una sabrosa cena? ¿O quizá tienes una cita de temática italiana y no quieres decepcionar a tu acompañante? Para ambas ocasiones, te ofrecemos esta pizza de bacon y cebolla a la que agregamos un toque fresco añadiendo rúcula aderezada y el crujiente que aportan las semillas de calabaza tostadas.
2 unidad(es)
Base de pizza
(Contiene Gluten)
100 gramo(s)
Bacon
(Puede contener Soja, Leche)
1 sobre(s)
Crema de vinagre balsámico
(Contiene Sulfitos)
60 gramo(s)
Queso rallado
(Contiene Leche)
1 unidad(es)
Cebolla
10 gramo(s)
Semillas de calabaza
(Puede contener Gluten, Frutos secos, Cacahuetes, Sésamo)
50 gramo(s)
Rúcula
50.15 gramo(s)
Tomate concentrado
1 pizca(s)
Sal y pimienta
2 cucharada(s)
Aceite de oliva
Precalienta el horno a 220°C. Pela la cebolla, divídela en dos y córtala en tiras finas. En un bol, mezcla el tomate concentrado (ver cantidad en ingredientes) con un chorrito de agua. Coloca las bases de pizza en una bandeja de horno con papel de horno y cúbrelas con la salsa de tomate, dejando 1 cm del borde sin cubrir.
Sobre las pizzas, agrega la cebolla y el bacon a tiras. Espolvorea el queso rallado sobre las pizzas. Salpimienta al gusto y agrega un chorrito de aceite. Hornea a media altura durante 15-18 min o hasta que la pizza esté crujiente. Cuando queden 5-7 min para que la pizza esté lista, agrega las semillas de calabaza a la bandeja de horno y túestalas 5-7 min, hasta que se doren.
En una ensaladera, mezcla la crema de vinagre balsámico, un chorrito generoso de aceite, sal y pimienta al gusto. Añade la rúcula y las semillas de calabaza tostadas y mezcla bien.
Cuando las pizzas estén listas, sácalas del horno y sírvelas en platos. Agrega sobre las pizzas la rúcula aderezada al gusto y sirve la ensalada sobrante como acompañamiento.