Descubre este plato que podría haberse cocinado en una cocina española tradicional, pero que tiene su origen en la humilde y variada comida toscana. Esta receta es nuestra versión de la "ribollita", que es la palabra italiana para "re-cocido", obteniendo así un guiso con sabor a paciencia y tradición.
390 gramo(s)
Garbanzos
(Contiene Sulfitos)
1 sobre(s)
Caldo vegetal
(Contiene Apio)
1 unidad(es)
Zanahoria
250 gramo(s)
Champiñones
1 unidad(es)
Brotes de espinacas
20 gramo(s)
Queso italiano rallado curado
(Contiene Leche)
210 gramo(s)
Passata de tomate
1 unidad(es)
Cebolla
1 pizca(s)
Sal y pimienta
3 cucharada(s)
Aceite de oliva
300 mililitro(s)
Agua
1 unidad(es)
Ajo
¡Asegúrate de utilizar las cantidades indicadas a la izquierda para preparar tu receta! Pela la zanahoria y córtala por la mitad a lo largo. Luego, corta cada mitad en medias lunas de 0,5-1 cm. Pela la cebolla, divídela en dos y córtala en daditos. Pela y pica finamente el ajo (ver cantidad en ingredientes).
En una olla, agrega un chorrito de aceite junto con el ajo. Calienta a fuego medio y cocina 1-2 min o hasta que se dore. Luego, agrega la cebolla y la zanahoria junto con una pizca de sal y cocina 4-5 min, removiendo ocasionalmente, hasta que queden transparentes.
Mientras tanto, limpia los champiñones con la ayuda de un paño húmedo. Retira y desecha el extremo del pie de los champiñones. Luego, córtalos en cuartos. Cuando las verduras estén tiernas, agrega a la olla los champiñones y un chorrito de aceite y cocina a fuego alto durante 2 min, mientras remueves.
Escurre los garbanzos con un colador. En la olla, agrega los garbanzos, la passata de tomate, el caldo vegetal en polvo y el agua (ver cantidad en ingredientes). Reduce el fuego a medio y cocina 8-10 min, hasta que el guiso espese.
Luego, agrega las espinacas y cocina 1-2 min, hasta que se ablanden y reduzcan su tamaño. Prueba el guiso y rectifica de sal y pimienta.
Sirve el guiso de garbanzos en platos hondos y espolvorea sobre los platos el queso italiano curado.
SABÍAS QUE: Lloramos al cortar cebolla porque liberamos un gas que, en contacto con la humedad del ojo, da lugar a una pequeña cantidad de ácido sulfúrico, que hace que nuestros ojos se irriten y produzcamos lágrimas.